Pedro Sánchez: juez, jurado y verdugo

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En España nos hemos acostumbrado a tolerar ciertos comentarios políticos dependiendo del emisor. Así, somos capaces de montar un circo mediático e interrogar al sastre de Francisco Camps por dos trajes, pero en Andalucía se demuestra que hay una trama donde han desaparecido 700 millones de euros y apenas ocupa espacio informativo. Por cierto, Francisco Camps dimitió de su cargo y, años más tarde, fue absuelto de toda implicación en la trama de corrupción. Aunque eso no lo verán en muchos informativos.

El caso es que nos hemos acostumbrado a exigir cierta pulcritud y formalidad a algunos políticos, sobre todo, a aquellos que son de derechas; y al mismo tiempo, parece que aplicamos aquello del “hijo pródigo” con la izquierda. Nosotros, como sociedad, también tenemos nuestra parte de culpa al asimilar la política al fútbol. De tratar de replicar esos bandos que no paran de fomentar sus señorías desde los escaños. Y se nos olvida algo esencial: nosotros no ganamos nada.

Nosotros no ganamos nada cuando la política vive crispada y busca en el insulto su justificación. El pasado fin de semana, en un acto de campaña, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, justificaba su actuación diciendo que “Lo único que le pido al #PP es que, si no quiere apoyar al Gobierno de España en la negociación, al menos, que no estorbe”. Días antes, en Galicia, en otro acto electoral; Pedro Sánchez lo decía muy claro “o el PP o el PSOE”, es decir, o ellos o nosotros.

 

 

Y su gran éxito durante la gestión de la crisis del coronavirus es que “La derecha se puso como objetivo derrocar al Gobierno y no lo ha conseguido”.

 

Pedro Sánchez o cómo alterar la realidad para ser el héroe

Escuchando las palabras del presidente uno entiende porque, hoy en día, no sabemos cuántas personas han fallecido en nuestro país debido a la COVID19: estaba buscando la forma de seguir en su asiento.

Para ello, obvió las distintas advertencias de la OMS y la Unión Europea, todas ellas meses antes de que se tuviera que decretar el estado de alarma. De igual modo, rehusó aplicar las distintas medidas señaladas por la Unión Europea, la OCDE, el Banco de España y el FMI en términos económicos para intentar paliar esta crisis.

Y, lo que todavía es más grave, no deja de repetir que el PP no ha apoyado al gobierno durante esta crisis para ser él, nuestro presidente, el gran héroe que el pueblo necesita. Sin embargo, con una leve revisión de la hemeroteca, cualquier persona puede comprobar que el PP votó a favor de 3 prórrogas del estado de alarma y 1 abstención que habilitó una cuarta.

Pero no importa. A la sociedad le gusta percibir ese discurso de moral de victoria en una guerra que hemos perdido. No importa, porque Pedro Sánchez es el juez y nos dice que está bien y que mal. Qué partido ha hecho lo correcto y cuáles han hecho lo incorrecto.

Es el jurado que determina esa culpabilidad y la lleva al extremo de anunciar que “La derecha se puso como objetivo derrocar al Gobierno”. Y es el verdugo que, como en su día hizo José Luis Rodríguez Zapatero, nos llevará a una crisis sin precedentes.

El único problema de que el presidente del Gobierno sea el juez, el jurado y nuestro verdugo, es que parece que nadie está dispuesto a pararlo. Mientras que en su discurso sigue ganando una guerra que ha perdido, España sigue sin saber cuántas personas han muerto por el coronavirus.

 

 

No escuchó a la OMS y ahora desoye al Banco de España

El Banco de España, en la presentación del informe anual de 2019, advierte que, en ausencia de medidas correctivas, la deuda pública llegará a 2030 en el entorno del 130% del PIB. Esas medidas son recortes de gasto y aumento de IVA.

A esto hay que sumarle las 140.000 empresas destruidas, las 20.000 personas que siguen sin cobrar el ERTE, los más de 90 enchufados a dedo, las puertas giratorias, las 14 subcomisiones creadas para colocar amigos, así como las mil y una rectificación.

Y mientras ocurre todo esto y no solo el Banco de España, sino el FMI y el Banco Central Europeo te advierten de la que se viene encima, Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno, ha vuelto a sacar a la palestra a Franco y el Valle de los Caídos. Esa es la respuesta del Gobierno. Hay que suponer que el ambiente no estaba, todavía, lo suficientemente polarizado.

 

Javier Bustos Díaz | Experto en Comunicación Política