Una idea se apodera de algunos en estos días: al final ellos (Podemos) eran como nosotros. Apelan a esa pírrica victoria española que dice “mal de muchos, consuelo de tontos”. La polémica por las distintas causas sobre corrupción en la que se ha visto envuelto el partido morado en las últimas semanas, nos ha llevado a ese modelo de política española tradicional: y tú más.
Desde Unidas Podemos se ha puesto en marcha toda una campaña para acabar con la imagen José Manuel Calvente, exabogado de Podemos que ha denunciado, así como se apela a “las cloacas” para justificar el comportamiento del juez. Incluso hay quien pone en duda la documentación presentada por Calvante ¿Es lícito que sustraiga unos documentos del partido y los presente en un juzgado? ¿Rompe el secreto profesional? Yo les hago una pregunta, cuándo se publicaron los “papeles de Bárcenas” ¿alguien se preguntó esto?
En cualquier caso, aquello era tan lícito como lo de ahora, nadie está por encima de la ley. Si una persona, ocupe el cargo que sea, es consciente de que se está cometiendo un delito debe dar parte de ello. Y a partir de aquí es trabajo de los jueces y juezas de este país.
Pero el resto de las formaciones, sobre todo Partido Popular y Ciudadanos, deberían de andarse con pies de plomo. La política española debe cambiar el rumbo y hacer algo que hasta el momento a olvidado: es tan importante el continente como el contenido.
La izquierda como espejo de la derecha
Personalmente entiendo que los dirigentes políticos del Partido Popular, que han aguantado cientos de lecciones de ética y moral de los dirigentes de Podemos, busquen su venganza. Pero es un error.
La primera oleada de declaraciones por parte de los distintos dirigentes del PP ha sido condenar a Unidas Podemos y a su líder. Pedir su dimisión y echarle en cara aquello que el mismo exigía a los demás. Nuestra política debe de cambiar.
Mañana, probablemente, habrá otro caso de corrupción del Partido Popular. Es más, los parlamentarios socialistas están teniendo una actitud ejemplar y hablan de las dos únicas cuestiones que importan: presunción de inocencia y respeto al poder judicial. Sí, es cierto que esta actitud se debe a que ellos tienen causas pendientes mucho más graves que las de Podemos. No obstante, esa es la actitud correcta.
¿No sería mejor para la salud de la política española que todos los políticos opten por esta vía? Ahora bien, esto no implica que de forma cívica y educada se solicite una comisión de investigación y que el vicepresidente del Gobierno de las explicaciones que tenga que dar.
La regeneración democrática, esa “nueva política”, empieza por el paso más sencillo y el más difícil: no aprovechar cualquier situación para sacar votos, aunque tu rival lo haya hecho antes. Como se suele decir, un clavo no saca otro clavo.