El pasado lunes está imagen parecía el principio de acuerdo para hacer frente a la emergencia sanitaria que vive Madrid. El sábado, 5 días después, podemos leer en el diario el País “Sanidad ultima cómo intervenir sanitariamente Madrid ante la gravedad de la crisis del coronavirus” o en el Mundo “Pedro Sánchez baraja tomar el control sanitario de Madrid si Isabel Díaz Ayuso no rectifica”.
La pregunta es ¿qué es rectificar? ¿Cuáles son los parámetros? Hasta el momento, sabemos que Madrid ha aportado una serie de criterios como son: la tasa de incidencia acumulada, la dirección de la tendencia y las zonas o municipios colindantes.
Acertada o no, es un intento a la desesperada de salvar la maltrecha economía madrileña, de la que dependen millones de personas. El Gobierno, por otro lado, lo único que ha confirmado es que nunca existió el comité de expertos que creo las fases de la desescalada.
Madrid y el resto de España
La cuestión que queda en el aire es ¿Si Madrid fuera de otro signo político se le trataría igual? Aragón, tiene la segunda de contagios más elevada de España y durante unos meses superó a Madrid, no obstante, no ocupó ni la mitad del espacio informativo que la capital de España.
El virus ha dejado algo muy claro, nuestros políticos, en su mayoría, no ha estado a la altura. Esto implica a todo el arco parlamentario y no solo a los partidos del Gobierno. Por cierto, la pandemia provocada por la COVID19 sorprendió al mundo, el curso escolar y los rebrotes no sorprendió a nadie.
La falta de respuesta en la previsión de todas las instituciones no es culpa del coronavirus, es culpa de la incapacidad de un sistema de se ve retratado ante el espejo.