Como pasa muy a menudo en nuestro país, nadie hace caso de lo que se dice. Al menos, cuando la crítica viene de dentro. En esos casos, se entiende que todo es un intento de ganar votos y de debilitar al Gobierno.
No hay que hacer una manifestación por el día de la mujer con la que está cayendo, decían varias voces. No importa, que se haga ¿qué es lo peor que puede pasar? Por cierto, tampoco estuvo en este punto nada de acertado Vox, mucho criticar y poco predicar con el ejemplo. Habría que cancelar actos multitudinarios, tomarse enserio el tema del coronavirus y empezar a aplicar medidas; decían otras voces, pero ¿para qué escuchar? Son unos fatalistas.
Entre las distintas acciones que se deberían de aplicar está decretar el estado de alarma. Por ejemplo, ordenar el confinamiento de las personas, evitar la libre circulación y que la gente, no sé, de Madrid, por ejemplo, no vaya a otras partes de España extendiendo el coronavirus.
Espera, sí que lo hizo. El presidente Pedro Sánchez advirtió a la población un día antes de aplicar el estado de emergencia de que lo iba a hacer. ¿Qué puede pasar? Seguro que nadie intenta irse de aquí. A las siete de la tarde, del 14 de marzo, con más de 6.000 casos, todavía no ha salido a declarar. De verdad, no hay prisa. Por fortuna, los españoles tiene más iniciativa que su presidente. Muchos establecimientos han cerrado, por voluntad propia. Muchas comunidades de vecinos se están organizando para ayudar a aquellos que no pueden salir de casa a hacer la compra. De igual modo,empleando las redes sociales, muchas personas mantienen al día al resto de la población.
Ayuntamientos de distintas localidades y algunas regiones han dedicado mucho esfuerzo para evitar que se extienda el contagio; en algunos casos, incluso, aislando puntos de su geografía antes de que el presidente ordene nada. Lo más seguro que, para cuando salga Pedro Sánchez a declarar, el coronavirus sea historia.
Una voz internacional sobre Pedro Sánchez
Ahora, como ocurre casi siempre, llega alguien de fuera, dice lo que muchos llevan diciendo durante varias semanas en España y de pronto, la gran verdad. En este caso, la voz ha llegado del diario más prestigioso del mundo The New York Times. Éste ha publicado que España se convierte en el último epicentro del coronavirus tras una respuesta vacilante.
Y todo el mundo dice, ¡es verdad! Es un inútil. Por supuesto, hay que esperar a que lo diga alguien de fuera, porque si alguien dice algo en España, pues nada, volvemos al punto de partida de nuestro país desde siempre, depende de la ideología así se mira la situación. Autocrítica poca o ninguna.
Y mientras tanto Pablo no pierde oportunidad
El Mundo lleva en su portada digital “El intento de Pablo Iglesias de tener más poder en el estado de alarma por el coronavirus retrasa el Consejo de Ministros”. “Los ministros de Unidas Podemos reivindican más margen de poder en la toma de decisiones sobre el Real Decreto”. De ser esto cierto, es muy lamentable.
La economía de nuestro país va a sufrir a un nivel incalculable. Tanto que, probablemente, la gestión de Zapatero no nos parezca tan mala. Y mientras España se hunde, algunos siguen peleando por un trozo más de pastel, en contraposición, la oposición brinda su apoyo incondicional para controlar la amenaza. En una sola expresión: es muy triste.
