¿Qué es urgente? Reflexiones para una España post-Coronavirus

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Si de algo sirven las crisis, es que son herramientas que ponen en evidencia las deficiencias de los sistemas. En España son muchas y por eso, ante un reto como el coronavirus, se hacen cada vez más patentes los problemas que subyacen en nuestra sociedad. Antes de nada y para que quede bien claro, nos estamos enfrentando a un estado de alarma provocado por el coronavirus para el que ningún país estaba bien preparado. No obstante, creo que debemos de hacer una reflexión sobre la lentitud de España en todos los aspectos.

Cuando hacemos referencia a España nos estamos refiriendo a un país maravilloso, con grandes profesionales cualificados en todos los sectores. Lo primero es lo primero, no es bueno generalizar. Ahora bien, la gestión en España no es que sea mala, es lo siguiente que exista. Un punto a medio camino entre catastrófica e inútil.

 

La realidad tras el coronavirus

En nuestro país, por desgracia, todo es lento. Cualquier proceso que pretendas llevar a cabo te lleva, como mínimo, de seis meses a un año. De los distintos sectores que quiero señalar me gustaría empezar por el sanitario.

En primer lugar, y como he dicho antes, contamos con unos profesionales de primer nivel que no tienen culpa de no disponer de los recursos necesarios para su labor. Además de sufrir una precariedad bastante elevada. De nuevo entra en juego el factor político. Como nuestros sanitarios no disponen de los recursos suficientes, se crean colas interminables en las listas de espera. Eso sí, puede ser algo leve o algo grave, pero, y es aquí donde quería llegar, ¿qué es grave? ¿Qué es urgente?

Podemos considerar que una operación o una prueba para un paciente que no corre peligro no es para alarmarse. No pasa nada, atrasemos todo por el coronavirus. Sin embargo, ¿qué ocurre al pensar que esa persona lleva un año esperando para una prueba del estómago? Sí, es leve y puede que no tenga nada, pero ¿tiene que sufrir un año de molestias porque es sistema no ha sido capaz de solucionarlo antes? Y ahora, ¿cuánto más va a tener que esperar?

No, el problema no es el coronavirus, éste solo ha sacado a la luz los problemas más graves de nuestro sistema. Es más, si se siguen cancelando servicios no sabemos las consecuencias que pueden tener en nuestro día a día.

 

Sanidad, derecho y educación

El tema de la salud es algo que nos afecta ahora de primera mano y centramos todos nuestros esfuerzos en este asunto. No obstante, ¿qué pasa con todo lo demás? De por sí, ya esperamos para cualquier proceso una cantidad de tiempo muy elevada. Por ejemplo, si todo sigue así y la alarma se extiende más y el país se para ¿qué hay de todos los juicios? Muchos de ellos llevan años para celebrarse, ¿se aplazan todos? ¿Qué ocurrirá cuando a lo aplazado se le sume lo nuevo? ¿Qué medidas va a tomar el Gobierno? ¿Cuánto podría tardar un juicio? Asusta ¿verdad?

El otro gran damnificado es la educación. En realidad, no se sabe muy bien cómo va a afectar todo esto del cierre de las universidades y de los colegios. ¿Realmente podemos alargar el curso una vez se supere el coronavirus? Hay que tener en cuenta que muchos colegios no tienen el equipamiento suficiente para dar clase en verano, en España, donde podemos alcanzar los 33-35º grados con mucha facilidad.

 

La burocracia

Este es otro tema para tener en cuenta. Si se para el país ¿qué pasa con los expedientes? El caos que se puede formar puede ser épico. Por ejemplo, vamos a coger un caso muy leve y luego extrapolamos. Imagínense las bolsas de sustitutos o las plazas de las universidades que, en algunos casos, pueden tardar en resolverse entre 1 y dos años. Incluso conozco caso de 3 años. Si ya estos procesos llevan este retraso ¿qué pasará si las universidades cierran a cal y canto? De igual modo, ¿qué va a pasar con la selectividad? ¿Existe la posibilidad de que una generación pierda un año? Ahora, todo lo que esté parado seguirá parado. No solo eso, las vacaciones en España son sagradas, ergo el retraso será infinito si el fin de la cuarentena se une con Semana Santa o casi rozando el verano.

 

Una economía deficiente

Todo el mundo vive con el miedo de cancelar la Semana Santa, pues se canceló. Ahora, no sabemos si vamos a llegar al verano. ¿Se imaginan un verano sin turismo? Un sector que supone el 15% del PIB. En otras palabras, según datos del Gobierno los ocupados en el sector turístico representaron el 13,4% del empleo total de la economía española, mientras que la tasa de paro se situó en el 12,1%, inferior al 13,8% de la media nacional, lo que indica las mejores perspectivas de empleabilidad que hay en el sector turístico español.

 

Que esto sirva de algo

He puesto casos singulares y que pueden suceder, muchos de ellos no son muy graves más que la pérdida de tiempo individual que pueda conllevar. Sin embargo, si nos vemos en un punto en el que todo se tiene que paralizar ¿qué será de España? ¿Qué ocurrirá con todo lo que ya va con retraso?

El Gobierno debería de aprender, cosa que no va a pasar, que no podemos llevar la administración de las distintas instituciones de nuestro país como lo estamos haciendo. Deberíamos aprender algo de todo esto, pero como suele ocurrir siempre…  mejor lo dejamos para mañana.

 

Javier Bustos Díaz | Experto en Comunicación Política