Promesas electorales y el cajón del olvido

Promesas electorales

Hay que tener cuidado con las promesas electorales. En España nos hemos acostumbrado a no exigirles a nuestros políticos un mínimo compromiso. Todos encuentran en sus antecesores la coartada perfecta para actuar de forma contraria a lo dicho en campaña.

Ahora Pablo Casado sigue los pasos de Mariano Rajoy y puede caer en el mismo error. Al igual que entonces, se habla de bajada de impuestos y reducción de costes para la contratación etc. Sin embargo, la primera palabra que se debería de emplear es “si es posible”. Todos estamos de acuerdo que ahogar a una sociedad al borde del colapso no es la mejor idea, pero vivimos en un entorno donde nuestros socios europeos solo entienden una cuestión: nunca cumplimos con nuestro déficit. Y eso cansa.

Pablo Casado, como entonces Mariano Rajoy, promete una bajada de impuestos que, probablemente, no puede acometer. En este sentido, en lugar de reducir impuestos, Mariano Rajoy llevó a cabo los siguientes hitos: IRPF, IVA, IBI, repago, tabaco… Más de 30 subidas de impuestos en España durante la ‘era Rajoy’. Sí, es cierto, Bruselas confirmó que Zapatero mintió en las cuentas y el déficit no era del 6% sino del 8.5%. Y este es el hecho más significativo para los políticos actuales: si desconoces que ha hecho la anterior administración siempre debes de ir con pies de plomo.

 

Promesas electorales y hemeroteca

En el caso del Gobierno de Mariano Rajoy solo tenemos que hacer un breve repaso por la hemeroteca para ver cómo hizo todo lo contrario de aquello que prometió. Lo mismo ocurre con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Negó hasta el infinito un pacto con Podemos. También repitió hasta cansarse que nunca pactaría con EH Bildu. Por supuesto, votó en contra de los Presupuesto de Cristóbal Montoro, sin embargo, son los que siguen en vigor en la actualidad. Y ya sabemos cómo ha terminado, con Pablo Iglesias como vicepresidente del Gobierno y pactando con EH Bildu la derogación íntegra de la Reforma Laboral.

La regeneración política empieza por un cambio en la forma de entender la política. Y eso implica, de forma inequívoca, el respeto al votante. La transparencia y las propuestas reales que se puedan llevar a cabo deberían de ser las únicas promesas electorales. El resto no son más que ideas aparcadas en el cajón del olvido.

 

 

Javier Bustos Díaz | Experto en Comunicación Política