El reto al que hace frente Joe Biden es de una magnitud desproporcionada. Con la economía tocada, la pandemia desbocada y un país tremendamente polarizado debe de asumir el timón de una nación de la que directa o indirectamente dependen todos los países del mundo.
Las primeras horas en el cargo
Sabiendo la urgencia de la situación, el nuevo presidente de los Estados Unidos de América apenas ha tardado unas horas en hacer realidad algunas promesas electorales tal y como recoge el diario El País:
No obstante, y más allá de todas las medidas que pueda aplicar en un solo día, la pandemia será el asunto más urgente a tratar. Estados Unidos es una de las naciones más afectadas por el coronavirus. Según los últimos datos facilitados por la administración, ya alcanzan los 24,5 millones de contagiados, a lo que hay que sumar 406 mil fallecidos. Y con las distintas mutaciones del virus y la lentitud de vacunación, parece que estamos lejos de superar la crisis sanitaria.
Trump-Biden y la polarización desgastada
“Es un nuevo día en América” decía Joe Biden al asumir su cargo de presidente. Sin embargo, la polarización que ha dejado a su paso Trump no es algo que se pueda diluir con un cambio de presidente. Es más, el presidente saliente ha dejado claro que antes o después volverá “de alguna manera”.
Superar la polarización requiere, como en el caso español, una visión de conjunto que tanto en la sociedad americana como en la española parece muy lejana. Necesitamos un nuevo discurso político, tanto en el contenido como en el continente. Al final, las formas importan tanto como el mensaje que se quiere transmitir.
Primero hay que predicar con el ejemplo y dejar a un lado las ideologías para hacer frente a una pandemia que no distingue por siglas. Eso sirve para todas las naciones. Hasta entonces seguirán aumentando las tristes estadísticas.