Críticas destructivas en un momento de reconstrucción

PSOE Reconstrucción

Los ciudadanos/as españoles se preparan para afrontar la mayor crisis de la historia desde la Gran Depresión de 1929. Al mismo tiempo, nuestros políticos siguen atrapados en una burbuja de críticas y reproches que colapsan las redes sociales y aumentan la crispación preexistente.

Mientras que en el mundo real el número total de parados en España se situó en 3.831.203 personas en el mes de abril de 2020, lo que supone un 7,97% respecto al mes anterior, es decir, 282.891 desempleados según recogía la última Encuesta de Población Activa y el total de afiliados que estaban en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por una suspensión total o parcial era de 3.386.785 personas, el equivalente a uno de cada cuatro afiliados en el Régimen General; nuestros políticos se dedican a alentar la crispación y traducir la crisis del coronavirus en votos.

 

Sánchez pide unión con una mano e insulta a la oposición con la otra

Tanto Gobierno como oposición son culpables de la situación política en la que estamos. No obstante, la responsabilidad radica sobre el que gobierna y más en esta ocasión cuando se le han facilitado todos los poderes de los que se disponen en España para sacar la situación adelante.

Sin embargo, tenemos un presidente más preocupado por seguir en la Moncloa que por intentar sacar a flote a este país. Y al final, la costumbre de Resistir en el poder le lleva a ser una contradicción andante.

En este sentido, desde su partido publican “El sueño de la razónEditorial Socialista, el 7 de mayo, donde dicen “Todos coincidimos en que la sociedad española ha demostrado un alto grado de disciplina, resiliencia y solidaridad. En lo que también coincidimos todos es en la falta de altura y de responsabilidad del PP como oposición.” Por supuesto, no pueden dejar pasar la oportunidad para criticar a Pablo CasadoEs el político sobrepasado que cae vencido, que abandona el ejercicio racional entendido como criterio de argumentación que sirva de enlace entre la realidad y las ideas, entre el futuro imaginado y el mundo y lo social. Se rinde a las sombras y sus monstruos, con sus mensajes de un mundo de pesadilla, tinieblas y superstición”.

 

 

Y como es sabido por todos, “La ultraderecha se ha encontrado con un escenario perfecto para desarrollar una eficaz presión política a través de los pactos de investidura que le han sido necesarios al partido conservador para hacerse con Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. Pero también para desarrollar una campaña de propaganda feroz a través de las redes fundamentada en mensajes negativos como el odio y la ira, en la desinformación y manipulación”.

El PSOE sigue subiendo el tono y se olvida de la reconstrucción

Al día siguiente, el 8 de mayo, desde la cuenta oficial de Twitter del PSOE, publican que “La vida y la salud de los madrileños y madrileñas es lo primero. Por delante de cálculos partidistas, economistas o propagandistas, está la seguridad #ProtegemosMadrid”. Este tuit lo publican acompañado de una imagen en la que se puede leer “El Gobierno de la comunidad de Madrid, ejemplo de gestión ineficaz e irresponsable antes la crisis del COVID”.

 

 

Y cuando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le pregunta por esta cuestión, unas horas después, responde: “Nunca lo hemos querido politizar esta emergencia sanitaria, nunca lo hemos hecho, no hemos entrado en ninguna disquisición ninguna diatriba con las comunidades autónomas, aunque pudiéramos tener pareceres distintos”.

 

24 horas después, Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno, concede una entrevista a El País donde dice: “El PP y FAES se han equivocado. No era el momento para acosar al Gobierno”.

 

 

 

El Partido Popular sigue perdido entre críticas

Si antes he dicho que el Gobierno era el máximo responsable al ser quien está en el poder, la oposición tiene un deber para/con la ciudadanía que no está cumpliendo. La oposición debe criticar al Gobierno, es parte de su actividad, no obstante, proponer alternativas viables también forma parte de su trabajo.

Pablo Casado ha sido criticados por todos, izquierda, derecha y su propio partido y es que, no se entienden sus movimientos. No es el momento de buscar votos y sí el de proponer alternativas. Siendo justos, Casado ha puesto sobre la mesa algunas propuestas, pero las ha puesto la misma semana en la que el PP tenía que haber votado Sí al estado de alarma.

La cronología de hechos la podemos resumir en tres grandes puntos

1.El presidente dice que la oposición tiene que prorrogar el estado de alarma porque “es que no hay plan B. El plan B es el plan A. El Plan A es el Estado de alarma”.

2.Ante las presiones, Pablo Casado amenaza con votar No a la prórroga del estado de alarma.

3.El PP se abstiene en la votación del Congreso sobre la prórroga del estado de alarma.

El Gobierno lo está gestionando todo mal, pero conducir al país al caos no era la mejor opción. Al menos, en ese momento donde los ERTES, entre otras ayudas, seguían ligados al estado de alarma. Así como la limitación de la circulación de personas, entre otras cuestiones.

Y las voces internas ya han empezado a cuestionarse si el líder de los popular es el apropiado para la situación que estamos atravesando. Grandes firmas del periodismo, como Lucía Méndez hablan de esta situación. La columnista publica en El Mundo que “Más que con malestar, los barones del PP contemplan la gestión de Casado con perplejidad. Consideran que está desconectado de la calle y que su equipo carece de la solvencia suficiente. «No nos ven como alternativa«.

 

No es el mejor momento para experimentos y sí para empezar con la reconstrucción 

La táctica del Gobierno de humillar al líder de la oposición y después decir aquello de “Nunca lo hemos querido politizar esta emergencia sanitaria” no parece la opción más sensata. Pero por mucho que no le guste al Partido Popular, quien Gobierna es el PSOE. Y el presidente del Gobierno es Pedro Sánchez, ergo, su obligación es apoyar y ofrecer una alternativa real.

Cuando el estado de alarma pase, que pasará, quizás sea el momento de analizar la situación y ver que responsabilidades se han de tomar. Hasta entonces la lealtad de la oposición radica en encontrar las fórmulas que permitan a los ciudadanos optar por una alternativa real.

España necesita una nueva forma de hacer política. Es un hecho. La destrucción mutua de los partidos a golpe de crítica ruda es lamentable. Sin embargo, creo que todavía estamos muy lejos de poder cambiar este paradigma.

En mi opinión, ante la pregunta ¿pueden los líderes políticos actuales ofrecer esa nueva política? La respuesta es obvia: NO. Una nueva política, por definición, requiere de nuevos líderes políticos; algo que no se va a producir.

 

 

Javier Bustos Díaz | Experto en Comunicación Política