Estado de alarma ¿Hay alternativas válidas al guion del Gobierno?

Estado de alarma

En mi último artículo, Rectificar, el plan b del Gobierno, ya argumentaba que esta es la forma de gobernar del actual Gobierno: rectificando. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, advertía el sábado “es que no hay plan B. El plan B es el plan A. El Plan A es el Estado de alarma”.

Ante el revuelo que causaron estas declaraciones en la oposición, el lunes salieron a comparecer Salvador Illa, ministro de Sanidad y José Luis Ábalos, ministro de Transporte, para apoyar estas declaraciones: “El estado de alarma es imprescindible en la desescalada para seguir controlando la epidemia y para garantizar mecanismos eficaces en caso de rebrote«, decía el primero; mientras que el segundo apuntillaba «no aprobar o desentenderse de la aprobación de un nuevo decreto de alarma es condenarnos a un caos del que algunos se tendrían que hacer responsables”.

Por supuesto, Pablo Echenique no ha dejado pasar la oportunidad para sumarse a estas declaraciones y publicaba en Twitter: “El estado de alarma es indispensable para el confinamiento y es el confinamiento lo que ha permitido doblegar a la epidemia. Cuando Pablo Casado amenaza con no apoyar el estado de alarma, está amenazando con provocar un rebrote, el colapso del sistema sanitario y miles de muertos”.

 

El portavoz del Partido Unidas Podemos, hace apenas dos meses, publicaba en esta misma red social: “En las portadas y en las tertulias, el coronavirus corre desbocado y es una peligrosísima pandemia que causa pavor. En el mundo real, el coronavirus está absolutamente controlado en España. Ojalá un día el sistema mediático tenga la mitad de calidad que el sistema sanitario”.

 

¿Qué propuestas existen frente al estado de alarma?

Verán, una de las cosas que nos está trayendo esta situación política es el incremento constante de la crispación y la polarización. Cualquier palabra se descontextualiza y sirve como arma. No importa lo que sea, ni examinar el trasfondo, lo importante es que si lo dice el que piensa lo opuesto a mi es malo. Así de simple. Por supuesto, esto suele ir acompañado de un gran hilo de insultos.

El estado de alarma ha funcionado, no es momento de apostar por experimentos” decía Salvador Illa, por cierto, el mismo que humilló a todos los residentes de medicina y enfermería de último año en nuestro país; la idea desde Moncloa parece clara: estado de alarma y punto.

Sin embargo, distintas voces se empiezan a sumar a la idea de que el Gobierno debería de volver a cambiar de opinión. Como viene haciendo toda la crisis sanitaria. En este sentido, Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos reconocía “Estoy negociando para intentar que el Gobierno rectifique, no podemos alargar el confinamiento de manera excesiva, tenemos que reactivar la economía”. “Lo más importante es desvincular los ERTE, las medidas de liquidez y las ayudas a pymes, autónomos y familias del estado de alarma”, ha detallado la diputada liberal y ha añadido que “hay que diseñar una salida ordenada de la pandemia con test y mascarillas para reanudar la actividad económica y evitar un rebrote”.

Esta idea, desvincular los ERTES y el resto de las ayudas del estado de alarma, permitiría que aquellas personas y empresas que están teniendo que acudir a las ayudas para subsistir no dependa del estado de alarma.

¿Por qué es esto necesario? Muy sencillo, cuando se acabe el estado de alarma la economía estará destrozada, lo que aumentará el número de parados y cierres de empresas. La crisis sanitaria pasará, pero los problemas económicos no.

 

La crítica al líder de los populares

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Pablo Casado entrevistado en Más de Uno de Onda Cero | Foto PP

Pablo Casado ha sido objeto de críticas por todos. Desde la izquierda lo acusan de desleal e inútil, mientras que desde la derecha le acusan de no actuar. Lo cierto es que el líder de los populares ha sido el bufón de la corte de Pedro Sánchez. El presidente de Gobierno no ha llamado al líder del principal partido de la oposición. Lo ha citado a la Moncloa en rueda de prensa, y comparecencia tras comparecencia en el Congreso de los Diputados le ha arrojado a Adriana Lastra para humillarlo.

Como no podría ser de otra manera, la cosa no ha quedado aquí y, ya puestos, tras conseguir un acuerdo inicial con el formato de los “pactos de la reconstrucción”, los partidos del Gobierno presentan la propuesta sin que se entere Pablo Casado. Y una vez más, el principal partido de la oposición queda fuera de juego.

El lunes 4 de mayo, Pablo Casado exigía desvincular las ayudas económicas del estado de alarma “que mañana mismo” puede Sánchez cambiar en el Consejo de Ministros. En una entrevista concedida a Onda Cero.

Si nos fijamos, es lo mismo que pide Inés Arrimadas un día más tarde. Sin embargo, desde que lo dijo el líder de los populares se han podido leer comentarios en redes del estilo “PP y Vox anuncian que No apoyarán la prórroga del Estado de Alarma. Votarán para que los trabajadores dejen de cobrar los ERTES y los autónomos no pueden cobrar ayudas. Recordadlo cuando digan que ellos quieren a España y que nos muy patriotas”.

Como se puede apreciar, no tiene nada que ver lo que pide la oposición, en este caso PP y Ciudadanos, con la idea que se está creando.

¿Cómo se podría materializar?

El propio Pablo Casado explica que la legislación básica española tiene fórmulas sin necesidad de estado de alarma. Además, afirma que no se puede seguir utilizando esta figura para modificar leyes orgánicas con normas ministeriales.

Esto es, modificar el marco legal habitual para seguir con el confinamiento y el plan de desescalada. Al mismo tiempo, el Gobierno perdería el poder absoluto, con lo que la actividad política volvería. Esto se traduce en comisiones de investigación y otros varios.

Es decir, el Gobierno estaría expuesto.

Lo escribí en el artículo anterior y lo digo ahora, piensen que el Gobierno ha rectificado en casi todas las decisiones que ha ido tomando durante la crisis. Salvo en las siguientes cuestiones:

Sentar a Pablo Iglesias en el CNI en plena pandemia; suspender el Portal de la Transparencia; y el aumento de altos cargos en direcciones generales y colocar a amigos del PSOE y de Podemos. Por cierto, todo esto está recogido en el Boletín Oficial del Estado y salvo que el propio BOE sea un bulo, esta información es veraz.

Por lo tanto, existe un plan B como alternativa al estado de alarma cuya principal consecuencia es que el Gobierno pierda poder que, en gran parte, volvería a las autonomías. Es curioso como la redistribución del poder y la autocrítica a un gobierno se puede considerar fascismo.

 

 

Javier Bustos Díaz | Experto en Comunicación Política