Nuestros sanitarios, la primera piedra del mundo post Covid-19

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Llegará el día, porque llegará, en el que todo esto pase. Como persona que vive esta crisis, me gustaría que cuando llegue el momento de analizarla, de examinar las medidas que se están tomando; alguien diga “no lo pudieron hacer mejor”, pero la realidad es bien distinta. Sobre todo, cuando la primera medida que tomas es la de precarizar el futuro de aquellos que se dejan la vida en la lucha contra esta pandemia, como nuestros médicos/as interinos residentes de último año que ven como todo el esfuerzo de sus carreras vale muy poco.

Desde el Ministerio de Sanidad se ha optado por la opción más precaria y, en lugar de otorgarles su título de especialistas, ha elegido prorrogar su situación actual de forma indefinida.

 

Todas las sociedades médico-científicas contra el Ministerio de Sanidad

El Foro de la Profesión Médica ─integrado por el CGCOM, CESM, FACME, CNECS, CEEM y CNDFM, ha emitido un comunicado donde se recoge esta problemática:

“están trabajando como adjuntos y como tal deberían ser contratados”, puesto que además el sector médico no ve inconveniente en mantener la fecha de la evaluación tanto para poder obtener su título de especialista (20 de mayo) como para el resto de los residentes (26 de mayo).

Pese a la insistencia en pedir al Ministerio un cambio de postura, esta no se ha producido. De manera que el sector estudiará las medidas necesarias para impedir que se aplique la Orden de Sanidad. Desde el sector médico se señala que, a un mes de la evaluación teórica fijada para mayo, las competencias ya están adquiridas, e incluso muchas unidades docentes tenían ya las evaluaciones preparadas y algunos responsables de hacerlas han manifestado que no existiría problema para llevarlas a cabo sin menoscabo en la calidad; de manera que no entienden la postura del Ministerio no solo de no adelantarlas, sino incluso de retrasarlas.

Se trata de una línea roja que no se debe cruzar, y menos sin contar con los profesionales, que están presentando opciones factibles como fijar una declaración responsable por parte de los tutores que agilice la evaluación, y posteriormente aportar la documentación necesaria.

Enfermeras/os internas residentes de último año

De igual modo, las enfermeras/os internas residentes de último año han visto como su situación se precariza. El diario el Confidencial, sobre esta cuestión, publica:

Son enfermeras internas residentes (EIR) porque han decidido estudiar una especialidad, después de terminar la carrera y aprobar el examen correspondiente. A diferencia de los médicos, las enfermeras pueden ejercer en cuanto se licencian. Pero ahora las EIR se encuentran en una situación laboral dramática: su formación ha quedado paralizada por la salvaje crisis del Covid-19 y, ante la urgencia sanitaria, todos los residentes se han tenido que incorporar a los hospitales como enfermeros generalistas. Trabajan igual que el resto del personal de enfermería más allá de la especialidad para la que se estaban preparando, pero mantienen el contrato de residentes.

Dicho de otra manera: a pesar de ser enfermeras acreditadas y estar ejerciendo como el resto, por el hecho de estudiar una especialidad les mantienen el contrato de residentes que, en términos netos, suponen unos 850 euros al mes. La mitad de lo que cobra un enfermero generalista.

 

Los sanitarios como ejemplo para la sociedad

Pese a precarizar su situación y congelar su futuro, pese a no proporcionarles los materiales necesarios y convertirnos en el país con más sanitarios contagiados nuestros sanitarios siguen dando ejemplo. Siguen doblando turnos, apoyando a unos pacientes que debido al virus están solos, facilitando que puedan hablar con sus familiares.

Son unos trabajadores incansables, profesionales incuestionables y unas personas con una humanidad sin parangón. Sin embargo, la respuesta del ministro de Sanidad sigue siendo la misma, el silencio.

Ellos serán el ejemplo de cómo se construye una sociedad y la sociedad, cuando todo esto pase, no puede dejar de pelear por ellos. Porque son, todos y todas, especialistas y que eso no se nos olvide nunca. Han antepuesto el interés general por encima del beneficio personal. No han amenazado con huelgas, como otros colectivos, no han pedido más dinero; tan solo quieren que se les otorgue un título que, por cierto, ya se habían ganado antes del coronavirus.

 

 

Javier Bustos Díaz | Experto en Comunicación Política