Decía Walter Lippmann, ya en los años 30, que nuestro entorno es un “pseudoentorno”. Postuló que la imagen que tenemos de nuestro entorno viene predeterminada por la que nos ofrecen los medios de comunicación. Historias, cuadros, relatos periodísticos, son algunos de los elementos que, según Lippmann, hacen que el mundo en el que vivimos sea mitad verdadero y mitad artificial.
Por esto la realidad es tan controlable como manipulable y quien bien sabe esto es quien está en el poder. El Gobierno ayudará a las televisiones privadas con 15 millones de euros; El Gobierno ‘salva’ con 15 millones en subvenciones a las televisiones privadas; El Gobierno otorgará una ayuda de 15 millones de euros a las televisiones privadas por el coronavirus estos son algunos de los titulares publicados por los medios de comunicación en nuestro país, donde se recoge uno de los problemas éticos más interesantes para el estudio de la libertad de prensa en los próximos años; a su vez nos llevan a una conclusión «el dinero para conseguir el poder, y el poder para guardar el dinero». O parafraseando el lema de los Médicis, los medios para llegar al poder y el dinero para conservarlo.
Mientras la portavoz de los Socialistas en el Congreso de los Diputados, Adriana Lastra, dice “La España unida, la España de los balcones, la España que se está sacrificando cada día no se merece una oposición que genere división y que alimente bulos, mentiras y odio”; solo tenemos que ver el vídeo de como trataba el líder de la oposición de entonces, Pedro Sánchez, al presidente del Gobierno. Por favor, fíjense que el vídeo está obtenido del canal oficial de YouTube del Partido Socialista:
Pie | El vídeo es de la cuenta oficial del PSOE.
Lealtad, unión y una gestión impecable, algo que hubiera sido interesante en el Congreso
Los tres elementos mencionados son tres falsedades. Verán, en un estado de derecho como el español, al menos todavía; no existe la verdad. Ergo, si no existe la verdad no existe la mentira, lo único que importa son los hechos y que estos sean demostrables. No se puede pedir lealtad si aprovechas cualquier momento para insultar y faltar al respeto de quien necesitas el apoyo. “Capitán Posteriori” se decía para ridiculizar a todos los mientras del congreso que no eran nacionalistas, separatistas o de izquierdas.
No se puede escudar la defensa de una gestión equivocada con gracietas.
Cronología de hechos muestra todo lo contrario
El 30 de enero, no el 20 de marzo o el 1 de abril, la Organización Mundial de la Salud decretó el estado de alerta global por el coronavirus. Este mismo aviso se sucedió el 24 de febrero y el 28 de febrero, pero en está ocasión ya advertía a España que se preparase para la pandemia. El 2 de marzo fue la Unión Europa quien lo advirtió.
Pues bien, el 8 de marzo el Gobierno no anuló la manifestación feminista como sería lo lógico y salió a la calle tras todas estas advertencias, al mismo tiempo que la Comunidad de Madrid tuvo que decretar el cierre de colegios y otros espacios 24 horas después. La falta es tan grave que muchos dirigentes ya han sido puestos ante la justicia como el delegado del Gobierno en Madrid.
Eso no es decir que “a toro pasado todos son Manolete” como decía el presidente del Gobierno, eso se llama mala gestión. Es más, el mismo que acuñó el término “Capitán posteriori” fue el mismo que dijo “En las portadas y en las tertulias, el coronavirus corre desbocado y es una peligrosísima pandemia que causa pavor. En el mundo real, el coronavirus está absolutamente controlado en España. Ojalá un día el sistema mediático tenga la mitad de calidad que el sistema sanitario”.
Primero se da ejemplo, luego se pide unión
Ni siquiera el Gobierno se pone de acuerdo internamente. Bueno, salvo para una cosa, sacar pecho por una gestión de la crisis que, en términos de Grande Marlaska, ministro del Interior; “«Este Gobierno no tiene ningún motivo para arrepentirse de nada» .
Parece ser que un poco sí. Las afirmaciones del estilo “fuimos los primeros” o “somos los más duros aplicando medidas” suelen ser muy fáciles de desmentir. Ya lo hemos visto en el punto anterior.
En este sentido, Pedro Sánchez, hizo referencia a un estudio elaborado por un equipo de 92 expertos del Blavatnik School of Government. Es más, como explica Pelayo Barro “a prestigiosa Universidad de Oxford no señala a España como uno de los países que mejor respuesta han dado al coronavirus. Es más, todo lo contrario. El estudio al que hizo referencia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el pleno extraordinario del Congreso de este jueves certifica que la respuesta de España en los primeros días fue muy insuficiente, con una nota de menos de un 2 sobre 10. De hecho, le dejan a la altura del grupo del británico Boris Johnson y del estadounidense Donald Trump, los dos más señalados por su tardía y casi negligente reacción al coronavirus”.
¿Cómo hablar de las fakes news si tú eres una? Repito, la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea nos advirtieron. Parece que estos organismos solo son prestigiosos cuando hablan bien del Gobierno.
Una gestión impecable
Hay algo muy curioso en las noticias y es que uno aparece en ellas cuando interesa. Para quien no lo sepa, Andalucía pertenece a España. Cuando se habla de recortes en Sanidad, nadie señala que Andalucía, gobernada por el PSOE, recortó más que el PP en Madrid en el mismo periodo, es decir, los último 10 años. Claro que esos datos no sirven para hacer memes del estilo “no culpes al Gobierno sino a quien ha votado durante 20 años a quien hace recortes”.
Lo he repetido y lo repetiré hasta la saciedad, no tenemos políticos a la altura de las circunstancias, ni por un lado ni por otro. En primer lugar, porque el Gobierno se autoengaña, tal y como hizo José Luis Rodríguez Zapatero. Verán, no se puede asumir la dimensión de una crisis sino sabes cómo es. Y es realmente peligroso. El Gobierno tiene que ser responsable y no lo es.
Al mismo tiempo, la oposición debería de tener, casi me atrevería a decir, dignidad. No te pueden llamar en el Congreso de los Diputados todo lo que llamo Adriana Lastra al líder de la oposición “bochornoso”, “incompetencia”, “la ejemplaridad no va con ustedes”, “desleal e indigno”, “político inútil” y no levantarte e irte. Hay un límite para todo. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que sabían que el PP, pese a todo, les daría su apoyo, disfrutaban desde sus asientos de la humillación pública a la que se sometía al líder de la oposición. Los que vimos la sesión parlamentaria tuvimos la “fortuna” de ver como nuestro presidente sonreía y se jactaba de lo que pasaba.
Límites
El Gobierno se ha creado un discurso donde lo ha hecho todo bien. No hay nada que reprochar y la oposición está equivocada en todo. Bueno, retomo en este punto una conclusión que ya utilicé en el post Aquí yace España, nación de naciones.
Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su felicidad.
En CONGRESO, 4 de julio de 1776. La Declaración unánime de los trece Estados unidos de América