España, un funeral de Estado por los desconocidos

Funeral

Con 15.000 fallecidos por la COVID19 y casi un mes después de proclamarse el estado de alarma, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba un homenaje de Estado para las víctimas de la COVID19. Ayer, 16 de julio, se materializaba dicho homenaje, pero no era por todas las víctimas del coronavirus.

Frente a las 28.416 víctimas oficiales que reconoce el Gobierno, el sistema de monitorización de la mortalidad (MoMo) sitúa el exceso de mortalidad entre el periodo 13 de marzo – 22 de mayo de 2020 a 43.000 personas. El desfase en las cifras no pasa inadvertido para nadie, y desde el Gobierno solo se da una versión oficial: solo son víctimas de la COVID 19 aquellos casos que han sido confirmados por PCR. Sin embargo, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya han explicado que deben considerarse tanto los confirmados como los posibles sospechosos.

En consecuencia, aceptar que el homenaje ha sido en exclusiva por las víctimas oficiales conlleva que muchas personas no han tenido ni el más breve reconocimiento. Y eso es moralmente incorrecto.

 

Aceptar los datos implica aceptar el fracaso de una administración

Este es el punto de inflexión al que se enfrenta el Gobierno. Aceptar los errores cometidos durante la crisis del coronavirus implicaría ir contra el dogma de la coalición “Este Gobierno no tiene ningún motivo para arrepentirse de nada” como dijo el ministro del Interior, Grande-Marlaska.

Pero día tras día se acumulan los datos negativos. Ahora, la Universidad de Cambridge ha publicado el “Informe Anual sobre Desarrollo Sostenible”. En el estudio se valora la gestión llevada a cabo por los países durante la pandemia. El resultado es evidente: España es el país que peor ha gestionado la crisis del coronavirus.

Gráfico Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria

Nota de prensa de un homenaje incompleto

Las altas instituciones del Estado y la sociedad civil rinden homenaje a las víctimas del Covid-19”. Con este titular se resume desde Moncloa la jornada del homenaje a las víctimas, priorizando el valor institucional frente al humano. Sin embargo, nada de esto importa.

Dan igual los homenajes o el impacto que haya causado la COVID19 en nuestra sociedad. Poner en valor la calidad del espíritu de un país que ha demostrado que, pese a sus políticos (de izquierda a derecha y de derecha a izquierda) está por encima de todo, requiere dar ejemplo día a día y no rendir culto una sola vez. No importa el gran esfuerzo de nuestros sanitarios, que algunos han pagado con su vida. No, nada importa, porque a las 23:00 del día del homenaje el Real Madrid ganaba la Liga. Y entonces el fútbol dio paso al olvido.

Ni siquiera hemos guardado un día de luto.

 

Javier Bustos Díaz | Experto en Comunicación Política