Si algo ha dejado claro el Covid-19 es que no importa que seas rico o pobre, presidente o parado, incluso de sangre azul; todos somos iguales ante un evento como este y, como consecuencia ineludible, todos deberíamos de afrontarlo unidos. Esta idea parece que no gusta mucho en Europa.
Es comprensible la reticencia de Europa, al menos de los países más ricos, a la hora de abrir sus arcas. Sin embargo, estamos ante un suceso de una clara emergencia, pero, sobre todo, inesperado. Esto es lo que debe de prevalecer. No se trata de presupuestos, déficit, recortes o reforma laboral. Las cosas se han hecho mal y punto. Ahora no es el momento de empezar a reprocharse las cosas, es el momento de actuar y juntos llegaremos más lejos.
Somos la Unión Europea, al parecer, solo por el espacio geográfico. Aquí, como señalo, no se trata de evaluar la gestión de un gobierno, se trata de que mañana exista un gobierno. Eso es lo que parecen no entender desde Bruselas.
Medidas económicas para una Europa desunida
Así, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea siguen centrando sus prioridades en limitar la propagación del virus, garantizar el suministro de equipos médicos, promover la investigación para lograr una vacuna, abordar el impacto socioeconómico y ofrecer una solución a los ciudadanos de la UE que se encuentran en la actualidad en terceros países.
Pedro Sánchez ha recordado la situación de emergencia que viven España y otros países. Con el apoyo de Italia y otros estados, el Gobierno de España ha exigido a la Unión Europea una respuesta clara y contundente de financiación a medio y largo plazo. Para ello, el Consejo Europeo ha aprobado dar un plazo de dos semanas al Eurogrupo para presentar esta nueva propuesta.
«Si no proponemos ahora una respuesta unificada, potente y eficaz a esta crisis económica, no solo el impacto será más duro, sino que sus efectos durarán más tiempo y estaremos poniendo en peligro todo el proyecto europeo», ha dicho Sánchez. «No se pueden cometer los mismos errores de la crisis financiera de 2008, que sembraron semillas de desafección y división con el proyecto europeo y provocaron el ascenso del populismo. Debemos aprender esa lección», ha concluido.
Pedro pide auxilio
El presidente del Gobierno, junto a otros ocho líderes europeos, envió esta semana una carta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la que defendían la necesidad de trabajar en un instrumento de deuda común emitida por una institución europea para obtener fondos en el mercado, sobre la misma base y en beneficio de todos los Estados miembros, garantizando así una estabilidad a largo plazo en la financiación de las políticas requeridas para contrarrestar los daños causados por la pandemia.
El jefe del Ejecutivo ha destacado la necesidad de plan de reconstrucción que permita reforzar los mecanismos del estado europeo de bienestar, y desarrollar mecanismos de resiliencia a través de nuestras políticas de cohesión y agrícolas; un plan que ha sido recogido en las conclusiones del Consejo Europeo. Asimismo, el presidente ha señalado la necesidad de mejorar la efectividad de las políticas industriales a través de la digitalización y el establecimiento de cadenas de valor seguras.
Sin noticias de Holanda
En palabras del propio Pedro Sánchez «España siempre ha apostado por Europa y ahora le toca a ella dar una respuesta». Además, advierte que «es la hora de la Unión. Europa se la juega. La humanidad entera está puesta a prueba. Más de un tercio de los seres humanos estamos confinados en nuestras casas». Y es que, como señala el diario El Mundo, se trata de reforzar el mensaje que ha lanzado al resto de socios de la UE y, principalmente a países que como Alemania y Holanda rechazan mutualizar los costes de la crisis.
Entre las medidas destacadas Pedro Sánchez encontramos compartir los costes derivados de esta situación mediante lo que él ha bautizado como «bonos de reconstrucción».
Javier Bustos Díaz | Experto en Comunicación Política